Me llamaba Cristian Wieg. Aunque ahora todos me llaman
Patas-rápidas. Curioso nombre para un Philodox, pensé cuando Redmon Palabra-audez
me bautizó. Me sentí orgulloso… Aunque eso sólo ha durado unos meses. No creo
que aguante mucho más.
Tengo los músculos resentidos, las patas humedecidas por la
sangre y el barro que piso y los huesos helados. Apenas puedo soportar el peso
de la espada… Neiil también lo nota, rezuma en mis manos como si intentase
darme ánimos. ¿Vendrá conmigo al más allá?
A mi alrededor huele a vino agrio, a fruta podrida y a humo
de ciudad. Nunca imaginé que la muerte olería así. Tampoco pensé que moriría de
esta forma, rodeado de amigos, amigos a los que no he podido defender ni ayudar.
Hermanos…
Moriré acompañado, pero solo…
Observo al fomori disparando contra Río-en-calma. Maldito
bastardo… Ella aúlla ante el impacto de forma desgarradora. Son balas de plata.
Eso dicen sus gritos. Enarbolo la espada una vez más con la Rabia bullendo por
mis venas. Puedo hacerlo. Avanzo. Un paso, dos. Uno tras otro y descargo el
golpe. Me ha parecido escuchar un fogonazo. Siento un cosquilleo en el
estómago, pero no me importa. Neiil tiembla de júbilo al clavar el filo en el
rostro de ese ser enfermizo. Saborea su sangre, su dolor… Ahora podrá descansar
en paz y… Yo también.
Mi estómago sangra de forma alarmante y no puedo evitar caer
de rodillas, débil, moribundo e inseguro. Pensé que morir sería más doloroso,
pero creo que mi mente ha decidido emprender el viaje mucho antes que mi
cuerpo.
Katerina me llama en lejanos aullidos. Y Redmon… Pero no los
veo, ni los huelo… Hay… una luz y una Dama de color plateado. Es hermosa, más
hermosa que cualquier criatura de la tierra. ¿Será Selene?
Se acerca, acaricia mi pelaje con cariño y me dedica la
sonrisa más dulce que jamás he visto acompañada de un beso suave en el hocico.
-Has luchado valientemente, mi Garou. Es hora de que me
acompañes.
Asiento dócilmente… ¿Qué otra cosa podría hacer…?
Y me dejo llevar, quizás al Reino de las Leyendas o a lo que
los humanos llaman cielo. No lo sé… estoy cansado… Sólo quiero descansar.
[En memoria a los Garous caídos en el Clan de la Luz de la Luna Ardiente]
2 comentarios:
Cambia Cristian Wieg por James Talford, y Katerina por Isaac, y ya tienes la descripción de mi enfrentamiento con el Fomori.
Quise decir "Cemei" (como quiera que se escriba)
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