sábado, 28 de enero de 2012

La muerte de un Garou




Me llamaba Cristian Wieg. Aunque ahora todos me llaman Patas-rápidas. Curioso nombre para un Philodox, pensé cuando Redmon Palabra-audez me bautizó. Me sentí orgulloso… Aunque eso sólo ha durado unos meses. No creo que aguante mucho más.

Tengo los músculos resentidos, las patas humedecidas por la sangre y el barro que piso y los huesos helados. Apenas puedo soportar el peso de la espada… Neiil también lo nota, rezuma en mis manos como si intentase darme ánimos. ¿Vendrá conmigo al más allá?

A mi alrededor huele a vino agrio, a fruta podrida y a humo de ciudad. Nunca imaginé que la muerte olería así. Tampoco pensé que moriría de esta forma, rodeado de amigos, amigos a los que no he podido defender ni ayudar. Hermanos…

Moriré acompañado, pero solo…

Observo al fomori disparando contra Río-en-calma. Maldito bastardo… Ella aúlla ante el impacto de forma desgarradora. Son balas de plata. Eso dicen sus gritos. Enarbolo la espada una vez más con la Rabia bullendo por mis venas. Puedo hacerlo. Avanzo. Un paso, dos. Uno tras otro y descargo el golpe. Me ha parecido escuchar un fogonazo. Siento un cosquilleo en el estómago, pero no me importa. Neiil tiembla de júbilo al clavar el filo en el rostro de ese ser enfermizo. Saborea su sangre, su dolor… Ahora podrá descansar en paz y… Yo también.

Mi estómago sangra de forma alarmante y no puedo evitar caer de rodillas, débil, moribundo e inseguro. Pensé que morir sería más doloroso, pero creo que mi mente ha decidido emprender el viaje mucho antes que mi cuerpo.

Katerina me llama en lejanos aullidos. Y Redmon… Pero no los veo, ni los huelo… Hay… una luz y una Dama de color plateado. Es hermosa, más hermosa que cualquier criatura de la tierra. ¿Será Selene?
Se acerca, acaricia mi pelaje con cariño y me dedica la sonrisa más dulce que jamás he visto acompañada de un beso suave en el hocico.

-Has luchado valientemente, mi Garou. Es hora de que me acompañes.

Asiento dócilmente… ¿Qué otra cosa podría hacer…?

Y me dejo llevar, quizás al Reino de las Leyendas o a lo que los humanos llaman cielo. No lo sé… estoy cansado… Sólo quiero descansar.


[En memoria a los Garous caídos en el Clan de la Luz de la Luna Ardiente]

2 comentarios:

Jose Ortega dijo...

Cambia Cristian Wieg por James Talford, y Katerina por Isaac, y ya tienes la descripción de mi enfrentamiento con el Fomori.

Jose Ortega dijo...

Quise decir "Cemei" (como quiera que se escriba)