Un Hombre Lobo, o Garou, como se llaman a sí mismos, es la unión de carne y espíritu, de humano y lobo. Son los guerreros de Gaia, creados para su protección y lucha contra el Wyrm, el espíritu de la corrupción que tras enloquecer trata de engullir el universo y manchar cada ser y cada espíritu con su oscuro toque.
Los Garou poseen un Don (o una maldición, según), que es la Rabia. Otorgada por Selene, permite que cambien de forma y realicen proezas en la batalla. Pero también hacen que los humanos y los lobos los desdeñen debido a que perciben algo antinatural dentro de ellos, algo diferente. Por eso los Garou sólo pueden estar entre otros de su misma especie.
Un Garou nace, no se hace. Y para que nazca debe tener sangre Garou en sus venas. Puede que sea porque uno de sus progenitores lo es, o quizá por sus abuelos o tal vez por algo más remoto. Pero nada de mordiscos ni maldiciones. No hay diferencias entre el ADN de un humano y el de un hombre lobo. Ser un Garou proviene del espíritu.
Formas de nacimiento
Cuando un Garou se aparea con un humano o un lobo, hay una pequeña probabilidad de que su descendiente sea también un Garou. Hoy en día el número de Garou ha descendido y sigue cayendo, de modo que cada nuevo cachorro es un bien muy preciado. Tanto es así que incluso a los Metis, el resultado de la unión entre Garou, algo prohibido por la Letanía, son aceptados en los Clanes en lugar de ser asesinados como dictan las leyes y el sentido común.
Homínido: Tus padres fueron un Garou y un Humano, por ello naciste como homínido y has vivido como tal hasta tu adolescencia.
Lupus: Naciste lobo, de la unión de un Garou y un lobo, y has vivido como tal hasta la madurez, es decir, los dos-tres años.
Metis: Eres una abominación, naciste con forma monstruosa y te has mantenido como tal hasta los ocho o diez años. Te criaste en la sociedad Garou y por ello sabes algo más que los otros cachorros, pero padeces una malformación por ser fruto de una relación incestuosa.
Auspicios
El auspicio de un hombre lobo no es más que la fase lunar bajo la que nació. Aunque parece sencillo, el auspicio tiene una gran influencia en la vida del Garou, pues determina en gran medida su comportamiento, sus poderes, y sus aptitudes innatas. Hay cinco auspicios, según la luna esté en fase de luna nueva, creciente, media, gibosa (más que media y menos que llena) y llena.
Luna nueva: Ragabash. Ladrones, espías, pícaros, embaucadores. Se divierten jugando con los límites de las leyes, bromistas por naturaleza, buenos en esconderse, conocer secretos y de habla fácil.
Luna creciente: Theurge. Místicos, médiums, tienen una conexión con el mundo espiritual y recuerdan vidas pasadas. Son muy buenos detectando otros seres sobrenaturales, tienen precogniciones, con sueños proféticos y son capaces de hablar con los espíritus de un modo mucho más innato.
Media luna: Philodox. Jueces, guardianes de la letanía. Velan por el equilibrio en todos los ámbitos de la vida Garou. Son respetados por sus grandes conocimientos y su palabra zanja discusiones. Implacables ante decisiones tomadas. Grandes líderes, ya que, poseen a partes iguales la cólera de Gaia y su sabiduría, por ello evalúan la situación antes de actuar y toman el mejor rumbo.
Luna gibosa: Galliard. Bardos, narradores de historias. Inspiran a sus hermanos antes de las batallas, durante ellas y tras ellas. Recuerdan grandes hazañas de grandes héroes con las que enseñan importantes lecciones. Atesoran el saber que sólo puede transmitirse de labios de un Garou a oídos de otro. Cercanos a la luna llena, también son un enemigo a temer.
Luna llena: Ahroun. Guerreros, la fuerza de Gaia. Estos Garou poseen una rabia desmedida que los hace temibles en combate. Rápidos en enzarzarse, se sienten cómodos en el fragor de la batalla. Muchos lucen con orgullo cicatrices de guerra y siempre están preparados para atacar. Sus habilidades en combate son inigualables.

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