De las cartas de Nicholas Stanock:
"En el amanecer de los tiempos,
los Primigenios (Gaia, Heleios, Selene…) crearon el mundo con estruendo y
furia, asumiendo la posición de Dioses. Los mitos son miles y los recuerdos muy
pocos, pero lo que sí está claro es que al final de aquella Época de Oro la
tierra ya no olía a tierra, sino a muerte. Un hedor que flotaba en el aire de
forma imperiosa sobre todo lo demás. Esto se debía a que una gran oscuridad,
quizás el Wyrm o algo mucho más antiguo rodeaba a Gaia. La dolorosa negrura
desgarraba la carne de la Diosa, y bestias repugnantes borboteaban de sus
incontables heridas. Pero Gaia no estaba indefensa; los Grandes Señores
Animales atacaban con sus colmillos y sus zarpas a la oscuridad incesantemente.
Pero no era suficiente.
Un viento vil y frío se coló en
las Entrañas del Mundo, atrapando su débil espíritu bajo las raíces de
Yggdrasil, el Árbol del Mundo. Allí fue donde los valientes animales de Gaia se
lanzaron en pos de su salvación, dejando atrás al Lobo. Pero el Lobo, paciente,
esperó. Y vio regresar a sus compañeros con las manos vacías y heridos de
muerte, desprendiendo de sus pieles el mismo olor que emanaba de la tierra. Y
entonces el Lobo se adentró en el Vientre del Mundo.
Lobo entró sigiloso, pero en vez
de atacar a la Gran Oscuridad, esperó de nuevo, paciente. Observó como la Gran
Oscuridad hacía cantar a Gaia, drenando su esencia con cada nota. Incluso la
misma Muerte ya rondaba con ansia los alrededores. Pero Lobo esperó. Esperó
hasta el último momento, cuándo la Gran Oscuridad, absorta por su anhelante
victoria, se despreocupó de lo que le rodeaba. Entonces Lobo salió de su
escondite y clavó sus mandíbulas en el amargo corazón de la bestia. El aullido
de la Oscuridad resonó en todo el Vientre del Mundo y conmovió la tierra sobre
las que se encontraban los animales. Forcejeó, pero por más que la Oscuridad
trató de librarse de su mortal abrazo, sólo lo consiguió al final. La oscuridad
liberó a gaia y Lobo la vio alejarse, siendo apenas una sombra. Pero él también
estaba herido, y la Muerte que rondaba cerca se lo llevó.
Tal fue el pesar de Gaia por la
muerte de su salvador que el tiempo no pasó ni un solo día en la tierra hasta
que, finalmente, Muerte le devolvió a Lobo bajo la promesa de guardar hasta el
fin todos los secretos de su oscuro jardín. Y así lo hizo.
Y de este modo, Lobo y sus
descendientes se convirtieron en los Guerreros de Gaia."
Nota: Es una versión resumida del cuento del libro de Tribu de los Colmillos Plateados.
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